Como si cada pequeño toque absorbiera la distancia... y de lo real a lo sentido, no más que por un casual, se fuera diluyendo toda estrategia de cordura.
A mis anchas…y a mis angostas también los quiero mucho y a todos quienes me brindan con su copa de sangre. Sin embargo revientan como olas los aconteceres diarios. ¿Ante quién respondo entonces? Ante el Total, me digo. Pero es tan difícil… ser un Maestro de cintura…
Recibo aplausos y caricias (será que me he manejado bien) y me siento triunfal. Mas a pesar de eso, en lo recóndito de la estructura, la duda anida y se mantiene alerta.
Mismo que es así, maestro del imsomnio y de las cinacinas
ResponderEliminarAbrazo al alma