sábado, 3 de julio de 2010

Era un hombre devoto.
Cuando Dios apareció ante él, cayó de rodillas y dijo: -Señor, te he servido. He tenido fe inquebrantable. Aún en las peores dificultades la fe en ti me sostuvo. Cada vez que solicité tu ayuda me la diste, rescatándome de mis problemas. Apartaste cada dificultad con tu mano. Ahora que has venido sólo quiero pedir poder estar a tu lado...
Dios lo miró y dijo: - Te equivocas, hombre. Yo nunca te rescaté de problema alguno. Por el contrario, cada dificultad que has tenido, yo mismo te la envié. nunca te presté mi ayuda sino más bien que te compliqué las cosas. Tú mismo saliste de tus problemas. Tú mismo superaste las dificultades. Tú mismo hiciste los milagros en tu vida.
Pero aún sigues pensando que fui yo quien te salvó... por eso...no podrás estar a mi lado hoy. Sólo mis iguales me acompañan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario